Ospen - De Regreso Al Bombing

Por: Fabián Ávila

 

Uno de los primeros referentes que hubo para mí acerca de graffiti en Bogotá fue Ospen. Tal vez irresponsablemente, mi mamá me dejaba salir solo a eso de los 11 - 12 años en bus para ir a diferentes lugares. Para mi nunca fue un problema y en cambio me lo disfrutaba haciéndolo con naturalidad. Y si algo me recuerdan esos viajes en bus es el graffiti que pude ver.

En ese momento, el graffiti de Ospen y de otros escritores de la ciudad salía en las revistas de rap locales a las que tenía acceso. Poder ver eso graffitis en directo, así fuera brevemente, mientras el bus me lo permitía, para mí era algo gratificante. Ya entonces comprendía totalmente la gran diferencia que hay entre pillar un graffiti en una foto y poder pararse al frente del muro, mirar la superficie, comprobar el tamaño.

Esos viajes también me permitieron darme cuenta de que el man estaba en muchos lados. Viajaba a diferentes lugares del sur de la ciudad para visitar familiares, a veces acompañando a mi mamá o a cualquier persona a hacer vueltas, visitas y otras cosas. Lo interesante era que fuera para uno u otro lugar, en cualquier momento por la ventana se aparecía un Ospen para recordarme de nuevo su existencia. Junto con lo de Dwel y FCO es lo primero que tengo de bombing en mi cabeza.

De lo que más veía en el momento era su Throw Up. Esos trazos que ya son merecidamente todo un clásico en la escena del graffiti en Colombia. Recuerdo que alguna vez hablaba con alguien al respecto y la persona de cierta manera reprochaba el hecho de que Ospen no tuviera otros estilos de t-up. Pero ¿cómo hacer semejante reproche? Si la bomba del man es tan violenta que no necesita nada más. De las letras a ninguna le hace falta una gota de pintura. Es un estilo que contiene todo lo necesario. Sería como atreverse a hablar mal de las letras de Seen. Me parece que en los dos casos los manes lograron lo que en mi concepto es necesario hacer en el graffiti: lograr un estilo. Ese algo que por más que se quiera no va a ser igual a lo de otro, eso que hace que otras cosas que vemos sean sólo unas (malas) copias.

Y con todo ese viaje a lo que para mi son mis inicios en el graffiti, es muy áspero volverlo a pillar de nuevo en las calles como 15 años atrás. Si algo bueno dejó el pasivo 2016 fue un cierre de año lleno de “Ospen” en Bogotá. No quiero decir que el man haya estado quieto porque no ha sido así. Pero ver de nuevo todo este bombing que se ha hecho durante el último año es bien interesante. También es una esperanza en este momento en que se percibe cierta forma de desencanto con respecto al graffiti. Una chimba verlo hoy cuando el graffiti puede estar dejando de ser graffiti mientras se ve amenazado con convertirse en otro producto más.   

  • Ospen - De Regreso Al Bombing
    Ospen - De Regreso Al Bombing
  • Ospen - De Regreso Al Bombing
    Ospen - De Regreso Al Bombing
  • Ospen - De Regreso Al Bombing
    Ospen - De Regreso Al Bombing
  • Ospen - De Regreso Al Bombing
    Ospen - De Regreso Al Bombing
  • Ospen - De Regreso Al Bombing
    Ospen - De Regreso Al Bombing
  • Ospen - De Regreso Al Bombing
    Ospen - De Regreso Al Bombing
  • Ospen - De Regreso Al Bombing
    Ospen - De Regreso Al Bombing
  • Ospen - De Regreso Al Bombing
    Ospen - De Regreso Al Bombing
  • Ospen - De Regreso Al Bombing
    Ospen - De Regreso Al Bombing
  • Ospen - De Regreso Al Bombing
    Ospen - De Regreso Al Bombing

0

$0