La Desaparición Del Nombre

La explosión de graffiti, resultado del paro nacional que inició el 28 de abril de este año, aún no termina. Tratar de entender y caracterizar lo que está sucediendo es bastante importante ya que es algo que no se había dado antes. A pesar de esto aún no tenemos la distancia suficiente para poder dimensionarlo. En la entrega anterior de esta columna se mencionó una característica importante de esta movilización gráfica, la manera en la que el graffiti ha puesto su mirada sobre lo que sucede en el país para Dar Cuenta del Territorio. Sin embargo, no es la única característica que llama la atención. Algo que es muy importante, sobre todo teniendo en cuenta la magnitud de lo que sucede, es lo que he decidido llamar la desaparición del nombre

Para poder darle algo de sentido a la importancia de este fenómeno, tendré que remitirme (y adelantarme a su publicación) a la tesis que le da forma a nuestra primera investigación, de la que esperamos mostrar los primeros resultados y avances muy pronto, la cual tiene por nombre Autodesignacción. La palabra designar, sinónimo de nombrar, viene del latín designare, que significa  ‘señalar’ o ‘trazar una marca’, al mismo tiempo se deriva de signare  que quiere decir ‘marcar con una señal’. Lo interesante de esto es que estas mismas raíces dan origen a la palabra Diseño. Es por eso que el nombre de nuestro estudio recoge, lo que para nosotros enmarca el ejercicio y la práctica del graffiti Writing, la cual está conformada de dos acciones: el nombrar y el diseñar. Allí, un nombre puede ser más que un conjunto de letras que se puede expresar de manera fonética, puede ser un dibujo o incluso un símbolo con un contenido significativo o evocativo. Éste, servirá de la misma forma para identificar a un individuo o  grupo que hace una marca en el espacio público, también será susceptible de diseñarse. Entendemos el graffiti como la acción de autonombrarse y al mismo tiempo diseñar la manera en la que ese nombre aparece en el espacio visual. La Autodesignacción sería entonces el nombrarse a uno mismo de una forma diseñada.

Para esta reflexión el nombre es importante porque es el que le da el origen al graffiti writing. También porque históricamente ha estado relacionado con la propiedad. Las propiedades o bienes siempre están asociados a nombres. En la práctica de la escritura en la calle, de alguna forma sucede lo mismo. Poner el nombre sobre un lugar es al mismo tiempo reclamar la propiedad sobre dicho espacio. Quien pone su nombre en un espacio que ya ha sido reclamado estaría disputandolo. No es difícil ver en las calles, y en las mismas posturas de escritores de graffiti, una relación constante con la propiedad del espacio. Ésta es incluso verificable a través de lo visual. 

Como ya lo especifiqué en el texto anterior, este es un momento en el que hemos podido ver el graffiti de una manera colaborativa y popular. Lo llamativo es que en los grandes muros que hemos visto alrededor del país es difícil encontrar un propietario. No hay un nombre que diga que x mural puede ser asociado a x individuo o grupo practicante de graffiti, es decir, pueden pertenecer a nadie, a todos o a cualquiera. 

Esto es lo más relevante e interesante; sobre todo para nosotros, que después de haber estudiado y analizado durante varios años la práctica para establecer una relación con el nombre, tenemos que de alguna forma cuestionarla y observarla de manera crítica. ¿Significaría entonces que esto no se enmarca dentro de graffiti writing? Es difícil aún llegar a comprenderlo. ¿Será de pronto una eventualidad? Es lo más probable. Las opiniones que he recibido de la conversación con escritores de graffiti apuntan a que esto es algo pasajero. 

Por un lado, quienes han liderado estas intervenciones, han sido quienes a diario practican graffiti en las distintas ciudades de Colombia. Por otro, estas mismas intervenciones han sido acompañadas por grupos ciudadanos diversos que generalmente no están relacionados con la pintura en el espacio público y que participan en el marco de la movilización. Pero no podemos decir que estas intervenciones pertenezcan a un grupo o al otro. Es probable que sin la unión de los dos no se podrían haber dado. Al menos en el formato y con la frecuencia que hemos observado durante estos dos meses de protestas. 

Lo llamativo es que el nombre, una de las características más importantes del graffiti writing, ha desaparecido al menos de forma temporal. Es posible observar que se le ha dado más espacio y participación en las calles a través de la imagen a un grupo más grande de habitantes de las ciudades. Para poder dar un análisis completo, y responder de manera más clara al cuestionamiento sobre cuál es el significado del graffiti de la movilización dentro de la escena en general, tendríamos que esperar a ver qué sucede una vez se haya detenido la movilización. Los muros, al igual que lo han hecho siempre, seguirán hablando. Sólo en algunos años podremos referirnos a este fenómeno de forma objetiva. Por ahora, debemos tratar de discernir, con mucha cautela, lo que se nos manifiesta de forma más inmediata. El cambio constante de la ciudad y sus espacios nos dará más pistas.  

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