El Arte Que No Incomoda

Hace algunos días en las redes sociales, se encendió una pequeña discusión debido a un mural de Cacerolo que fue tapado por Sham (OKC). La cuenta Bogotart, quien de seguro tiene filiaciones con Cacerolo, publicó una fotografía en Instagram comentándola como “Cuando el arte incomoda..” Dando a entender, de manera literal, que la “obra” de Cacerolo era arte e incomodaba. Una opinión bastante parcializada.

Primero que todo, Cacerolo es un pintor que apareció en las calles hace poco tiempo y su trabajo en ellas se resume a algunos de sus predecibles retratos de algún personaje mediático con una sonrisa pintada en rojo. Él, por lo visto, se apresuró a salir a la calle a pintar sin saber más que a los muros se les puede echar pintura. Es fácil ver que él no sabe nada acerca de la escena del graffiti y no debería saberlo porque viene de espacios de exhibición convencionales, lo cual es entendible. Pero en la calle existe una especie de código que delimita la práctica de pintar en el espacio público. Éste no está en los libros, ni en galerías, ni tampoco se encuentra en los templos del saber. No me quiero referir a eso en este momento a profundidad porque sería innecesario. Lo que quiero decir es que cuando uno entra a cualquier espacio, siendo nuevo en el asunto, lo más sensato es actuar con cautela, investigar un poco, hablar, antes de apresurarse a cualquier cosa.

Bogotart y Cacerolo solo cuentan una verdad parcializada de la situación. Ambos muestran apenas una pequeña parte de lo que se puso encima y no muestran una foto completa del resultado, descalificando lo que estuvo antes y hoy vuelve a estar. Como si el trabajo de los demás valiera menos. Verdades a medias a las que nos tienen acostumbrados los medios tradicionales y que es triste ver que también se presenten en pequeños circuitos donde se observa manipulación de la información y polarización.  ¿Por qué no mostrar aquellos graffitis que habían antes de su intervención? ¿No tienen fotos de cómo los iban tapando?  ¿A caso eso no genera también “me gusta” y comentarios apresurados? Antes de que llegaran esos retratos, alguien ya había pintado ahí. Y si exige respeto por lo suyo, ¿por qué él en un principio no mostró también ese mismo respeto?. La excusa que él da es que le había pedido permiso a los dueños de los predios y había socializado su trabajo. Pero ¿y?. Lo único que garantiza un permiso es que no llegue la policía a molestar porque una persona pinta en la calle. Nada más que eso.

Lo de Cacerolo, no es un arte que incomoda. Es sólo el resultado de una persona desinformada que fue y pintó en el primer lugar que encontró y le pareció adecuado para lo que tenía en mente. Lo que en lenguaje más sencillo podríamos llamar como una primiparada, y en términos un poco más especializados, la presencia de un Toy. Ya había tenido la oportunidad de hablar con Sham al respecto y sabía que él iba volver a recuperar su spot como siempre se ha visto en el graffiti. Pensé que hasta ahí quedaría la cosa porque suponía que Cacerolo sabía que como había llegado a tapar, lo más probable era que fuera de nuevo tapado. No me esperaba un comportamiento pueril y mediatizado como el que han demostrado, llegando a introducir términos como vandalismo y “privatización” del espacio público. Parecería un titular de Actualidad Panamericana: Artista Callejero Es Víctima de Vandalismo.

Con respecto al título de este texto, surgió porque no podría estar más en desacuerdo con el comentario de Bogotart. El arte que incomoda si existe y ha existido, pero de seguro no tiene ningún tipo de similitud con el trabajo de este publicista. Si quisiera pensar en obras de arte que han incomodado, llegaría a cosas que han transformado la visión del arte, incluso de sociedades, como por ejemplo La Primera Lección de Bernardo Salcedo, el trabajo de Joan Fontcuberta con su libro de especies de flora y fauna, Mierda De Artista de Piero Manzoni, los niños ahorcados de Maurizio Cattelan, el trabajo de los hermanos Chapman, entre otros. Pero ¿unos retratos del chavo o carlos vives con una sonrisa de guasón a quién podrían incomodar a parte de Batman?. Es sólo una formula "mágica" para que algo le guste a la gente: personaje mediático + referencia a película de cine comercial + el sobrevalorado hiperrealismo.

Texto por: Fabián Ávila

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