Puro Veneno: Graffiti Como Herramienta Política

Durante los últimos años el graffiti en Bogotá se ha caracterizado sobretodo por su componente destructivo. Esto lo hemos visto sobretodo en el graffiti writing, que es el más activo y dinámico en la ciudad: vagones de tren, techos, vallas publicitarias, etc. Unos ejemplos claros los vimos hace unos meses con las acciones más visibles mediáticamente como lo fueron el transmilenio que decía “No al aumento ratas” y con el biarticulado que decía “BTA”. Acciones que demuestran un nuevo momento en la escena.

Bogotá es una ciudad llena de graffiti. De eso no hay dudas. Pero ante la cantidad siempre sale a la vista la cuestión por la calidad o por el contenido. Entonces la pregunta que podríamos hacer es: ¿Qué tanta calidad o qué tanto contenido tiene el graffiti de esta ciudad? Personalmente descartaría el interés por la calidad entendiéndola como una característica propia de las mercancías, para inclinarme al contenido. Mi búsqueda siempre ha estado enfocada a encontrar ese contenido. No hablo de mensajes sino más bien de propuestas. Propuestas que inviten a algún tipo de reflexión. Y teniendo en cuenta esto, en muchos casos lo que pasa aquí en la ciudad se queda corto, es decir, vacío.

Hace un par de semanas, mientras iba en un Transmilenio por la 30 vi un bloque que decía “Puro Veneno” y tenía en la mitad un logo que referenciaba al del Centro Democrático pero que en vez de tener la silueta de su máximo líder tenía la de la muerte. Una pieza que contextualizada en el presente del país para mí era 100% política.  A decir verdad muy refrescante. En una ciudad donde ya la estética graffiti es cada vez más usada como un producto esto es un respiro que permite ver que así “toque vivir de algo” no todo tiene valor comercial. Luego, por las redes sociales y viendo carteles pegados en la calle, me di cuenta que esto de “Puro Veneno” era algún tipo de movimiento gráfico y político que se estaba dando.

Puro Veneno “ha sido un espacio de convergencia de muchos sectores, de muchas corrientes políticas y de mucha gente que se puede expresar de forma artística.” Me dice uno de los integrantes de este colectivo. Y en los momentos que tuve la oportunidad de parchar con ellos pude comprobarlo. Una de las cosas más interesantes e importantes de este proyecto es precisamente eso: el trabajo en colectivo. El saber que existe una unión entre distintos parches, colectivos, organizaciones e individuos con un mismo fin. La cosa se expande de manera exponencial y nadie tiene el control de eso, no hay un lider, no hay unas reglas y aún así ha llegado a funcionar a nivel nacional. Lo que hay es un mensaje claro del que cualquier persona se puede apropiar y ayudar a difundir.

Ha sido “una forma en la que muchos querían expresar algo, se identifican, querían sacar un grito hace rato, no sabían cómo y Puro Veneno le está dando ese espacio.” Un espacio para reaccionar de alguna forma pacífica a un posible y desastroso futuro político para nuestro país. Una oportunidad para utilizar los saberes y herramientas enfocándolos de alguna manera que aporte al debate.  

El proyecto, que es directamente una contra-campaña a los candidatos representantes de los sectores de derecha, inició formalmente en la movilización del 9 de abril de este año.  “Empieza como una reflexión colectiva frente a qué representaban Duque y Vargas Lleras y en esa reflexión salen palabras y lo que terminó quedando fue Puro Veneno, lo que se convierte como en la campaña real de ellos.” Comenta otro de los miembros activos de la campaña.

En este proceso todo ha sido autogestión. Se han hecho vacas y eventos para financiar las impresiones y la pintura usada. Cada quien aporta desde lo que sabe o desde lo que puede. Mientras unos diseñan, otros gestionan espacios, ayudan a preparar engrudo o a pegar carteles. Por aquí lo común es que unos se pelean por un espacio o van buscando figurar de alguna forma desde sus propios egos. Pero en Colombia está pasando algo muy relevante y es que un gran grupo de jóvenes se ha reunido y ha decidido tomar acción política desde la gráfica para manifestar su punto de vista. “Como jóvenes estamos haciendo una advertencia” reiteran. Y esto no es más que asumir la responsabilidad que como ciudadanos y jóvenes tenemos.

“Hay algo también chimba de todo esto y es una necesidad de salir de lo digital. Como que todo el debate ha sido super digital, pero en las calles también tiene que pasar algo.” Las redes a pesar de que son abiertas y garantizan acceso a la opinión, de alguna forma, y sobretodo en esta época, se han vuelto, más que un espacio de reflexión crítica, unos espacios válidos para la pataleta. Y siempre será más fácil hablar desde la comodidad de nuestras casas. Siempre será más sencillo mostrar nuestra opinión pero sin comprometernos tanto, porque hoy el peor pecado sería llegar a parecer un mamerto por tomar una postura política. Pero hay que tener claro que siempre sobra una postura basada en la popularidad -como la plantean y la enmarcan las redes sociales-, porque es vacía, es cómoda y artificial. Y no se trata de decir que algo es bueno o malo, lo 100% seguro es que la realidad es apabullante y sucede solo lejos de las computadoras y los celulares.

El futuro del proyecto es incierto. No se tiene muy claro qué va a suceder después del 17 de junio, pero aún así creo que los logros han sido varios. Comenzando por la movilización colectiva que se logró en estos últimos meses y terminando por, de manera articulada, haber logrado el cartel más grande que se ha pegado en Colombia. Hoy todos hablan de gran formato, pero el gran formato que se ha manejado por aquí se vuelve insulso al lado de una acción autogestiva, política y colectiva como la de hace dos días en la fachada de la Universidad Pedagógica.  

*** Usted también puede hacer parte de este movimiento. Si no sabe cómo hacerlo y quiere colaborar comuníquese al correo purovenenofire [at] gmail.com o través de sus redes sociales en Instagram y en Facebook.