Semana Imaginación

Por: Andrés Villa

Si algo garantizó el éxito de la especie humana sobre las demás, fue la capacidad de ésta para imaginar, para entender cosas que no puede ver, para adelantarse al mañana e incluso para viajar al pasado y comprender a sus anteriores. De no ser por ello, todas las cosas no serían como son hoy y conceptos como el de crédito no serían comprensibles para nuestro cerebro. Fue imaginando como poco a poco llegamos a todo lo que tenemos a nuestro alrededor: fábricas de producción masiva, automóviles, teléfonos inteligentes y cosas que nos parecen tan esenciales como el sistema de alcantarillado.

En un intento por comprender su entorno y a sí mismos, los primeros humanos comenzaron a pensar cómo demonios habían llegado a este sitio. Miraron al cielo, vieron cosas extrañas, incomprensibles. Lo escucharon tronar y sintieron miedo. ¿Cómo era posible que hubieran llegado de la nada? ¿Cuál sería el propósito de estar aquí? ¿Qué pasaría cuando murieran? Preguntas que desde entonces han rondado por la cabeza del hombre y le han ocupado una parte de su tiempo.

Desde la primera vez que se formularon esas preguntas hasta el día de hoy, la manera que tiene el hombre de comprender el universo ha cambiado bastante, por lo que las respuestas que se han dado han sido bastante diversas. ¿Cómo dar explicación a nuestra existencia? Desde entonces los humanos lo abordaron de diferentes formas. Lo primero que pudieron hacer fue crear dioses, puesto que era una manera de dar explicación a tantos interrogantes. Un sujeto más poderoso que nosotros fue quien nos puso aquí después de  haber creado todo lo que hay a nuestro alrededor y es por eso que estamos aquí. Él mismo, siempre a través de hombres, porque nunca se comunica de manera directa con la humanidad, dio también una guía y  unas reglas para vivir, entonces todo cobraba perfecto sentido. Para entonces no había el desarrollo científico que tenemos hoy.

Conforme el tiempo iba avanzando, los humanos pudieron tener más acceso a información y pistas que le ayudaban a comprender y dar una respuesta a las preguntas que se habìa planteado desde entonces. Esto, sin duda, lo permitió la misma capacidad de imaginar que había creado los dioses alrededor del mundo, pero había una diferencia bastante grande: con la ciencia había llegado la comprobación. De alguna manera las cosas que estaban en la imaginación podían tener una representación y afectación en la realidad, era posible percibirlas. Fue posible determinar porqué se generaban los aterradores truenos, que en otro momento sólo eran la evidencia de la furia de los dioses. La realidad, permitía ser predecida. Por medio de la observación, se podía saber que si yo ponía un poco más de esto o de aquello, seguramente el resultado iba a ser éste o aquel, la verdad ahora era de los hombres.

Hoy, gracias a la ciencia, conocemos teorías como la de la evolución o el big bang que, junto con una gran cantidad de estudios y observaciones, nos permiten saber cómo fue que nuestra especie surgió, sobrevivió y terminó siendo la dominante en el planeta. ¿Entonces cómo es que aún hay tanta gente que cree en los mitos creacionistas? ¿Cómo es posible que haya una semana dedicada a la conmemoración de la muerte de un ser posiblemente imaginario y creado? La semana santa no es más que la muestra de que la imaginación ha triunfado por encima de la observación y la comprobación. Increiblemente, la capacidad que nos permitió destacarnos entre las demás especies, es la que hoy nos muestra el atraso dentro de nuestra sociedad, dando a luz personajes tan temibles como el procurador y una semana tan poco productiva como la que acabamos de tener.     

Posiblemente la creencia en dioses, se ha mantenido debido a que los hombres necesitan una razón para su vida. A mucha gente le parece imposible que estemos en este mundo sin ninguna razón ni propósito, que nuestra vida carezca de algún sentido; por eso viven conforme a una ley divina la cual premia o castiga, de manera posterior, nuestro comportamiento en la tierra. ¿Es preferible entonces conformarnos a una mentira? Por la falta de una explicación aparte de la del cielo o el infierno, ¿preferimos someternos a estas “verdades”? La vida humana en la tierra no tiene ningún tipo de sentido, no sirve para nada, excepto para destruir, y así lo ha demostrado la historia. Si se extingue nuestra especie, lo único malo que puede pasar es que el planeta se salve. Parece difícil de entender, pero es así de sencillo.

Es posible que podamos estar tratando de encontrar sentido a nuestra vida durante miles de años y no lo encontremos. Mientras tanto esperemos a que en algún tiempo una celebración como esta no sea una ley ni una norma, no sea algo a lo que nosotros nos tenemos que ajustar, no modifique el calendario y no arme un trancón en el barrio en una de sus aburridas y rutinarias procesiones.   

 

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